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UN COLOSO EN ZARAGOZA – GOYA

UN COLOSO EN ZARAGOZA  – GOYA

Heraldo de Aragón 12 de octubre de 1983

Fue Don Valentín de Carderera quien dio noticia de la existencia de esta bella mezzotinta de El Coloso, en la casa que fue de Goya, y trasmitida a su nieto por herencia. En la Gazette des Beaux Arts, XV de 1863, tras comentar las excelencias técnicas y conceptuales de dicho grabado escribe: “ Fue en 1859 cuando por primera vez, el nieto de Goya nos mostró la única prueba que mide 29 centímetros de altura por 21 centímetros de anchura.”
En los años en que restaurábamos las pinturas murales de Goya en Aragón, investigábamos y estudiábamos la obra de este gran pintor en su tierra, lo que nos llevó a tener amistad con la Duquesa de Villahermosa, teniendo el honor de ser recibidos en su Palacio de Pedrola y hacer de anfitriona, enseñándonos las obras maestras del mismo y su biblioteca, en la que junto al retrato de Pignatelli nos mostró, perfectamente conservado, una de las maravillosas y escasas copias de la mezzotinta de El Coloso de Goya.
El Heraldo de Aragón, en su edición del suplemento extraordinario del Pilar del 12 de octubre de 1983, me solicitó un artículo sobre Goya para incluirlo en el mismo, y creo que es la primera vez que se publica en Aragón que esta obra maestra se encuentra en el Reino de Goya. Es una prueba más de este grabado, y es muy posible que llegara a la colección de los Duques de Villahermosa a través de Don Valentín Carderera y que la comprara éste a Mariano de Goya.
El profesor y grabador Don Francisco Esteve Botey en su libro “Goya”, de 1944 notifica que hay cinco pruebas de esta plancha, entre ellas la perteneciente al Duque de Villahermosa, y que el cobre fue grabado por el procedimiento llamado al humo, manera negra o mezzotinta. Asimismo, compara la pintura de El Coloso con el grabado del mismo título. La prueba que se encuentra en la Biblioteca Nacional de Madrid, la pudimos apreciar en la exposición “Goya y el Mundo Moderno”, recientemente celebrada en el Museo de Bellas Artes de Zaragoza. La contemplación de esta bella estampa a la mezzotinta nos hace disfrutar de un pensamiento, una ilusión y una poesía de Goya sobre metal.
Thomas Harris en su catalogación de la obra gráfica de Goya, “Goya Engravings and Lithographs”, Editor Bruno Cassirer, Oxford, 1964, cataloga la estampa del Coloso como mezzotinta, ejecutada antes de 1818, y reproduce la prueba del Metropolitan Museum de Nueva York, cat Nº 29 I.1, que proviene de Provôt y es una prueba de estado. Cita además, tras tratamientos de bruñido posteriores, las pruebas del Museo de Berlín, ex Ferriz, la de la Biblioteca Nacional de Madrid, ex Carderera, la del Duquesa de Villahermosa y la de la Biblioteca Nacional de París, ex Lèfort. Asimismo, Harris, comenta que en una carta sin fechar escrita por Mariano de Goya, y adquirida por el British Museum en 1862, dice que en una alacena de la posesión, de casa de Goya, hay ….”otro de un gigante cuyas láminas fueron rotas….”
Como la plancha de El Coloso, comprada o preparada en su taller, no se conserva, tenemos que basarnos en las estampas existentes para estudiar la técnica usada por Goya. Este efecto aterciopelado de la superficie que presenta, permite muy poca tirada, porque la incisión a puntos del balancín o berceau sólo araña la superficie de la misma, ya que se desgasta en su proceso de estampación, de ahí, las pocas pruebas obtenidas. Por tanto, es muy posible que Goya la reutilizase y que la cortara, como notifica su nieto. Es de remarcar que en la nota en que se alude a este grabado lo llama un gigante, al igual que se describe la pintura en la testamentaría de la casa de Goya a la muerte de su esposa Josefa Bayeu en 1812. Este hecho demuestra que ambas obras son de Goya.
Reproducimos el artículo de El Heraldo de Aragón, escrito por Carlos Barboza en 1983 en el que, prácticamente, el análisis de los dos Colosos, sigue siendo válido.
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Carlos Barboza Vargas Teresa Grasa Jordán