Archivo Barboza Grasa ®

GRAN COLOSO DORMIDO GOYA

Cuando Goya se traslada a Burdeos en 1824 con el fin de reencontrarse con su compañera Leocadia Weiss, su hija Rosario de nueve años, y el hijo de ésta, Guillermo, de catorce, empieza una nueva etapa creativa.


El genio visita París, donde se encuentra con el litógrafo Cardano, con quien trabajó la litografía en Madrid en 1819. Empieza a dibujar allí con lápiz graso, dejando atrás las aguadas que ya dominaba con gran maestría, y las utilizaba para sus aguafuertes-aguatintas tan famosas. El fin de utilizar el lápiz graso era para ambientarse y dominar esta nueva técnica, la litografía, en la que se utiliza el lápiz graso sobre la piedra que luego se trata con acido nítrico disuelto en goma arábiga, para que el dibujo quede grabado en la piedra y así empezar la estampación en plano. Goya ejecuta dos álbumes de dibujo, de unos 123 dibujos catalogados por primera vez por Pierre Gassier, y los divide en dos álbumes, uno con texto y el otro sin el, dichos dibujos tiene unas dimensiones máximas de 19,4 x 15,8 cms. A la muerte de Goya el 26 de abril de 1828 estos dibujos se encuentran en casa de Goya, por lo tanto, Leocadia Weiss conservará además del cuadro de “La lechera de Burdeos” de Goya, 20 de ellos, que posteriormente pasarán a ser propiedad del pintor Federico de Madrazo.

El resto de dibujos se los trajo a España su hijo Javier, quien, con el afán de venderlos, hizo tres colecciones que pegó sobre hojas de papel rosa. El primer lote lo compró Román Garreta, con 40 dibujos, que se encuentran en el Museo del Prado.

El segundo lote lo compró Federico de Madrazo, mas tarde estuvieron en Zaragoza, en la colección de Don Bernardino Montañés, cuando era Director de la Escuela de Bellas Artes. Al morir éste, lo adquirió Aureliano de Beruete, quien posteriormente lo vendió al coleccionista alemán Gestemberg, después de 1907. Este álbum, casi en su totalidad, se destruyó en Alemania en la II guerra mundial, en 1945. Entre ellos se encontraba este gigante dormido, o, como Goya lo titula, “Gran coloso dormido”, que puede ser Gulliver, como apunta Pierre Gassier, ya que la obra de Swift había sido traducida al español, y puede que el maestro la leyera.

El primero que da cuenta de la existencia de estos dibujos es Valentín de Carderera, pero la primera vez que se reproducen, y en especial el coloso dormido, es en el libro de Valerian von Loga sobre Goya, publicado en 1902, y el pie de foto atestigua que se encuentra en la colección de Aureliano de Beruete. Luego el estudioso Paul Lafond en 1907, los recopiló en una edición facsímil, con la técnica de heliotipia, y tituló a estos 36 dibujos como NOUVEAUX CAPRICES DE GOYA suite de trente huit dessins inedits París 1907. Hizo una tirada de 100 ejemplares, y gracias a esta edición podemos conocer los desaparecidos dibujos perdidos en Alemania. Hoy el Gran Coloso dormido, se encuentra en el Museo del Hermitage de San Petesburgo.

Observando este dibujo nos damos cuenta del interés que tenía Goya por la temática de los colosos o gigantes en este tramo final de su vida, ya que en esta misma serie encontramos el dibujo del “Perro volante”, hoy en el Museo del Prado, y es curioso, cómo este perro gigante que vuela, con alas y patas de ganso, atemoriza a una multitud en la lejanía, igual que en la pintura de El Coloso. Constituyen toda una trayectoria temática.

Pero entre estas dos obras encontramos una variada cantidad de temas sobre gigantes, por ejemplo, en los dibujos preparatorios para los Proverbios o Disparates, 1815-1824, catalogados por Pierre Gassier, encontramos las siguientes aguadas a la sanguina roja:

2_ Disparate del miedo, un gran ser encapuchado o espectro que puede ser la muerte en la guerra, ya que huyen los soldados al verla.

4_ Disparate de bobo, otra vez el gigante que asusta a seres inferiores con seres de ultratumba al fondo, cual inicio del surrealismo.

5_Gigante señalando a una multitud. Ese mal sueño de Goya, donde un conjunto de personas frente al paisaje y, de pronto, aparece este ser transparente que les incita o señala algo.


Gigante acostado y personajes subiendo sobre él. Goya trata el tema de los colosos o gigantes de dos maneras, una, como seres que aterrorizan al pueblo que huye, y otras veces, este gigante vencido o dormido, en el que la multitud trepa sobre el, en son de fiesta o manifestación. Don Pierre Gassier identifica todos estos dibujos con el cuadro de El Coloso. Dichos dibujos pertenecieron a Valentín de Carderera y hoy se encuentran en El Prado.

En 1864 la Real Academia de San Fernando publicó con el título de Los Proverbios los grabados realizados después de estos dibujos, entre los que se encuentran dos de temática colosal, El disparate del miedo y El Bobalicón. Por lo tanto, analizando estas diez obras de Goya de su última etapa vemos la insistencia en el tema de los gigantes y colosos.

No entendemos la forma gratuita en que el Museo del Prado ha descatalogado la pintura de El Coloso de Goya, adjudicándosela a un ayudante querido, pues lo pintó en dos ocasiones, una de ellas, en el andamio de la cúpula de San Antonio de La Florida de Madrid, siendo este el gran mérito de Juliá, el haber conocido a Goya.


Carlos Barboza Vargas
Eloísa Teresa Grasa Jordán

Restauradores, Pintores y Grabadores por la Facultad de Bellas Artes de San Fernando, Madrid, UNESCO, Roma. Miembros ICOM.