Archivo Barboza Grasa ®

GOYA EN EL PALACIO DE LOS CONDES DE SOBRADIEL DE ZARAGOZA


Francisco de Goya desde sus inicios tiene una vocación como pintor muralista y  con el tiempo se convertirá en uno de los más grandes muralistas de la historia del arte. Esto lo demuestra en el Armario de las reliquias   que pintó en su pueblo natal Fuendetodos cuando era estudiante en el taller de Luzán. Une en esta pintura  todo lo que va a desarrollar a lo largo de su vida, al  pintar al óleo sobre tablazón o directamente sobre el muro. En esta obra cuyo tema es La aparición de la Virgen del Pilar a Santiago junto al Ebro que desarrolla en las puertas, en la parte interior de las mismas deja dos efigies, una de la Virgen del Carmen y la otra de San Antonio Abad. Sobre el muro nos pinta un baldaquino muy al estilo italiano con cortinajes y ángeles, seguramente al temple, como  acostumbraba a pintar su maestro Luzán. Por la foto de Mora podemos apreciar un fondo oscuro, con gruesas pinceladas que  dan a la escena un misterio nocturno.
Cerca de 1766, en la Iglesia de los Jesuitas de San Juan El Real de Calatayud, Goya se enfrenta a cuatro grandes pechinas  y una decoración barroca con la que tiene que competir  y sacar adelante estas grandes figuras. Le preparan una tablazón a la que adhieren una tela de lino. El tema Los Cuatro Padres de la Iglesia Latina, San Agustín, San Jerónimo, San Ambrosio y San Gregorio.  El fondo es oscuro y las pinceladas gruesas y sintéticas en las que la luz de la iglesia crea la forma. En este recinto también hay pintura de Luzán, trabajaban juntos. En una pequeña Ermita en la población de Muel, pinta también a Los Cuatro Padres  con algunas variantes, su técnica es también al óleo directamente sobre la pared, con un fondo oscuro similar a las de Calatayud, pero con un modelado mas suave pues son para mirar de cerca, a unos cinco metros del espectador. Mientras tanto  para aprender y poder ir viviendo pinta cuadros devocionales. Se va a Madrid a tratar de ingresar en la Academia de San Fernando donde es rechazado. Seguramente estudia con sus futuros cuñados Francisco y Ramón Bayeu que se encuentran en la Corte.  
Vuelve a Zaragoza y  sigue pintando estampas que deben gustar entre los nobles de Zaragoza y es así como los Condes de Sobradiel le  encargan que pinte la capilla de su Palacio, sita en la Plaza del Justicia de Aragón. Pero no es hasta principios del siglo XX en que los Condes llaman al historiador Ricardo del Arco y Garay para que estudie estas pinturas  y las fotografíe. En el Boletín de la Sociedad española de excursiones  tomo XXIII, de 1915, publicado en Madrid, las da a conocer con el título: Pinturas de Goya (Inéditas) en el Palacio de los Condes de Sobradiel  de Zaragoza. Describe de la siguiente forma la ubicación de las mismas: Entrando en el muro de la izquierda se encuentra “La Visitación de la Virgen a su prima Santa Isabel”. Enfrente se encuentra “El sueño de San José”, en muy mal estado, con una grieta, con desprendimientos de la capa pictórica. Se halla pintado en el techo de la capillita, “El Descendimiento de Jesús de la Cruz”. Cuatro cuadritos de 0,37 x 0,30 m. de cada lado de la hornacina del Oratorio, San Joaquín y Santa Ana, San Cayetano y San Vicente Ferrer en los extremos, son pinturas al óleo.
El  historiador  y goyista Aureliano de Beruete y Moret,  las vio in situ,  y en su libro, publicado en 1917, Goya: Composición y figuras  en la página 13 nos dice:   He podido ver y estudiar estas interesantes obras últimamente, en los muros en que se pintaron, en la Casa de Sobradiel,  hoy de los Condes de Gabarda, …Nos describe luego las pinturas.
Después de estos documentos sobre la existencia de estas pinturas  catalogadas como de Goya, se vuelve a tener noticia de las mismas  en la: Exposición de obras de Goya y de objetos que recuerdan las manufacturas artísticas de su época. Museo de Bellas Artes, Zaragoza 1928. ………….memorando a don Francisco de Goya en el primer centenario de su muerte…… y en la página 13 con los:   Números 6 -7 -8 -10 -12 y 13. Los cuadros correspondientes a los números expresados, decoraban los muros y el techo de un pequeño Oratorio en el antiguo Palacio de los Condes de Sobradiel, y su propietario, D. Joaquín Cavero y Sichar, Conde de Gabarda, ( q.s.g.h), los hizo trasladar a lienzo para que pudieran examinarse mejor estas obras pintadas por Goya, quizá en los años primeros de  su carrera artística. Expositor: Excma. Sra. Condesa Viuda de Gabarda.  Hay que agradecer a los restauradores que trasladaron  a lienzo con una gran pericia  estas pinturas al óleo sobre pared, con mínima pérdida pictórica. Se conservan las obras de Goya  traspasadas a lienzo en el Museo y después de la exposición permanecen en depósito. Se venden y se dispersan posteriormente, dejando El sueño de San José en el Museo, siendo adquirido años mas tarde por suscripción popular de los aragoneses.  
Los  estudiosos continúan investigando sobre su iconografía y es Sánchez Cantón y  Valentín de Sambricio quienes descubren los grabados en que se basó Goya para su realización. Son del francés Michel Dorigny y Pierre Daret. La Visitación de Carlo Maratta (1625-1713) se encuentra en la capilla Chigi de la catedral de Siena, él mismo grabó este tema, y actualmente un descendiente de la familia Cavero de Zaragoza, posee un pequeño cobre que reproduce este cuadro y que Teresa Grasa y yo restauramos.   Las pinturas de El Sueño de San José, desaparecida,  y el Entierro de Cristo  son obras del pintor francés Simón Vouet (1590-1649). Goya se basa iconográficamente en los  grabados pero los adapta a su personalidad y matiza su colorido  según las nuevas formas de ver el arte  que impone Lucas Jordán, Conrado Giaquinto y  luego Mengs en España.  Hace algunas variaciones, como en el Entierro de Cristo, cubriendo con un manto blanco el cesto  donde se encuentran los instrumentos del martirio, coloca la cartela con el INRI y una llave,  falta la figura de una  María, que sí se encuentra en el cuadro original. Hay otra versión de Vouet que coincide con el grabado de Daret, y es la que copia Goya.  En El Sueño de San José, según foto de Mora  después del  traslado a lienzo, se ve que Goya sintetiza el fondo de la arquitectura de la estancia y suprime la  ventana dando mas sensación de cueva, quedan algunas vigas y la columna,  el suelo de tablilla del grabado desaparece, añade la vara florida de San José y un manto rojo.  Esta pintura de El Sueño de San José, estuvo expuesta en la exposición  Goya en Italia, realizada en la Galleria Internazionale  de Arte Moderna  di Ca´Pesaro de Venecia en 1989, junto a los cuatro Goyas de Remolinos restaurados por Taller Barboza Grasa.  Por las características  de colorido y ejecución sólo San Cayetano nos recuerda su forma de pintar  anterior. También se conserva en el Museo de Zaragoza el San Vicente Ferrer. La pintura del Entierro de Cristo se encuentra en el Museo Lázaro Galdeano de Madrid y La Visitación en la colección  del Conde Contini Bonacossi.  Las pinturas de San Joaquín y Santa Anase conservan en el Museo Camón Aznar de Ibercaja en Zaragoza, MICAZ.  Se ve que Goya ha estado en Madrid y que seguramente con  los encargos  de Esquedas y el Palacio de Zaragoza  que le hicieron lo Condes de Sobradiel, recogió el dinero suficiente para emprender su viaje a Italia, a sus expensas,…
Carlos Barboza Vargas