Archivo Barboza Grasa ®

OLGA ESPINACH Y LA CASA DEL ARTISTA EN EL RECUERDO DE BARBOZA

Por mi hermana Elia me enteré en Zaragoza del fallecimiento de la amiga y maestra de pintores, Olga Espinach, en San José de Costa Rica, durante el mes de julio, en el que las lluvias tropicales refrescan y limpian las flores que le acompañarán hacia ese sitio en el que soñaba, donde la vida es linda si uno es libre.

La Casa del Artista que conocí, era un edificio grande, anexo al Teatro Nacional y al que se accedía por una puerta lateral, se subían unas largas escaleras y se encontraba uno con una galería cuadrada, con barandilla torneada a lo largo de su superficie, delimitando el vacío, pues el piso de abajo era exento y allí ensayaba la Orquesta Sinfónica Nacional para preparar sus Conciertos en el Teatro.

El espacio de esta galería estaba cubierto de caballetes con telas y artistas pintando en ellas, también había una sección para hacer modelado, las paredes se adornaban con posters de grandes maestros antiguos o contemporáneos. Junto con los pintores amigos comentábamos estas obras, en fin, era un espacio de Arte y Música. Es una lástima que este edificio desapareciera, ya que junto con el Teatro, el Hotel Costa Rica, Las Arcadas y su entorno, nos creíamos que estábamos en el París bohemio y artístico.

Olga Espinach era una mujer alta y delgada que caminaba por aquel bosque de caballetes hablando con los jóvenes que por allí andábamos. Yo tuve bastantes conversaciones de Arte con ella, y en especial me contaba sobre los Museos que había visitado, y la Pintura que mas le impresionó, refiriéndose con admiración a la pintura de Van Gogh, sus amarillos y la fuerza de su pincelada. Era una grata conversadora, con un fondo cultural muy amplio, lo que le permitía realizar la labor de educar a los artistas intuitivos de San José.

Yo fui por la Casa del Artista en el año 1964, y rápidamente me ambienté en aquella forma libre de enseñar el Arte, cada uno pintaba lo que quería o podía, también surtía de materiales, tubos de pintura, cartones para pintar, barro para modelar y todo sin cobrar un colón. Esto sí era arte puro y libre.

Junto con Carlos Valenzuela desde el Zapote donde vivíamos, ingresé en la Casa del Artista, luego le hice un retrato al estilo Van Gogh, y él me hizo otro a mí, nos acompañaba también desde Zapote el escritor Fernando Cabezas, al que le hice un retrato con un color expresionista, como me explicaba Olga Espinach que era la pintura del genial holandés.

Fue ella una de las impulsoras del Grupo Tótem, que nos animó a formar un grupo de pintores de la Casa del Artista y comenzamos a exponer en plazas y colegios, siendo una de las mas importantes la que realizamos en colaboración con el Círculo de Poetas, ya que expusimos poesía mural, en Las Arcadas, del 20 al 27 de agosto de 1965, presentada por la Dirección General de Artes y Letras, cuyo Director era el pintor Felo García. Casi todos los expositores éramos pintores de la Casa del Artista, como Antonio Arroyo, Ricardo Morales, Rafa Fernández, Juan Luis Rodriguez, Umberto Portillo, Carlos Valenzuela Marvin Rodriguez y Manuel Robles, exponiendo con nosotros la maestra Olga Espinach.

Como hecho importante, que revela la unión del Grupo Totem con La Casa del Artista, fue la visita que hizo en el año 1966 la Señora Johnson del Museo de Arte Moderno de Nueva York y su reunión con el Grupo Totem, publicando la noticia La Nación, y parte del pie de foto dice lo siguiente: Aparece en la grafica la Señorita Johnson en compañía del Señor Leland Cross, Agregado Cultural de la Embajada de Estados Unidos de América, con varios miembros del Grupo Tótem, Señores Disifredo Garita, Ricardo Morales, Barboza, González, y Jorge Gallardo. Después el grupo visitó La Casa del Artista, en donde departieron con su Directora la Señora Olga Espinach y varios profesores. La Señorita Johnson quedó muy entusiasmada al constatar las inquietudes del pueblo costarricense en materia de Arte.
Carlos Barboza
Zaragoza julio 2009