Archivo Barboza Grasa ®

LOS DESASTRES DE LA GUERRA CONTINÚAN EN EL 2014


Nací en Costa Rica en el año 1943, en plena Segunda Guerra Mundial. Me cuenta mi madre que no había chupetes de caucho ya que este producto se destinaba para usos bélicos, así que seguramente tuve que conformarme para dormir del dedo gordo de la mano, porque rechazaba los que había de madera.
Al año y tres meses,  era un niño rollizo, según las fotos que conservo, y me comenzaron unas fuertes calenturas, me llevaron al Hospital  San Juan de Dios  y me devolvieron a casa, argumentando que era  un problema de dientes, que comenzaban a salirme.  La fiebre era cada vez mas fuerte  y me volvieron a trasladar al Hospital  y esa vez si me internaron. Lo que tenía era Poliomielitis, una enfermedad casi desconocida que fue una peste mundial, se afectó mucha gente en  Costa Rica, de ello me quedó la secuela del brazo derecho bastante afectado,  así es que tuve que aprender a trabajar con la mano izquierda.   Cuando analizo el porqué de este virus  mundial, hoy casi erradicado, pienso en las guerras bacteriológicas  que el hombre  de la muerte ha utilizado para atacar  a otro hombre de la muerte, sin pensar que los virus no piden el carnet ni la nacionalidad ni la raza para  instalarse en el cuerpo de un ser humano y en el caso de la guerra en la parte mas débil, los niños,  que todavía no tienen reforzado su sistema  inmunológico.
La familia de los Barboza y los Vargas vivían en el Barrio Luján, en esos tiempos era el último barrio de San José que lo limitaba  el río Ocloro  y un cerro al que llamábamos Cerrito, donde jugábamos a resbalar con trineos caseros y a pescar gupisde colores en el río.  Para el año 1948, mis padres comenzaron a  poner los colchones en el suelo  y estaban muy preocupados porque comenzó en este país  la primera y única guerra incivil de su historia. Gobernaba el país el doctor Rafael Ángel Calderón Guardia, que hizo muchas reformas sociales beneficiosas para el pueblo, pero apoyado por el Partido Comunista.  En las Elecciones de sufragio universal,   la oposición  le acuso de fraude y un comerciante costarricense de padres españoles catalanes, José Figueres Ferrer, se levantó en armas produciendo un enfrentamiento entre los costarricenses y el Cerrito que era un sitio lúdico, en el que jugábamos, se convirtió en un sitio de muerte, ya que allí se instalaron antiaéreas y armas  que disparaban contra todo lo que se movía.  De noche, algunas balas dieron en  el tejado de nuestra casa. La contienda duró cuarenta y cuatro días y murieron unas dos mil personas, el hecho más sangriento de nuestra historia. Hay que pensar que para aquella época la población de Costa Rica era de un millón de habitantes.  El doctor Calderón Guardia se exilió primero en Nicaragua y luego en México. Proclamado José Figueres,  Presidente, creó la Junta Fundadora de la Segunda República, y al año siguiente se hizo la Constitución política que garantizaba las libres elecciones con sufragio universal y el fin del Ejercito Armado.  El 31 de octubre de 1949 se realizo un acto simbólico que se llevó a cabo en el Cuartel Bellavista, desapareciendo el Ejército y dedicando el presupuesto de defensa a educación. Se traspasa el cuartel a la Universidad de Costa Rica y se funda lo que es hoy el Museo Nacional.
La guerra durante siglos siempre fue tratada por los artistas plásticos y escritores. En la Antigüedad clásica era cosa de los dioses del Olimpo,  que incitaban a los humanos para que se mataran unos a otros, así nos lo cuenta Homero en La Odisea. Las religiones se han impuesto también con guerras, los Papas provocaron  una buena cantidad de ellas luchando con los Príncipes de pequeños territorios. A los artistas los utilizaban para que diseñaran armas, cuanto más mortíferas mejor, véanse los dibujos que hizo Leonardo da Vinci al servicio de estos señores de la guerra. Es un tema que siempre me ha llamado la atención, de cómo un Continente  tan lleno de belleza y creatividad, como Europa, haya provocado tantas guerras entre sus habitantes.  
 El primer artista que trabajó el tema de la guerra como crítica, en su obra gráfica es Jacques Callot,  (Nancy, 1592- 1635).  Este genial grabador hizo unos 1400 grabados, y dedicó 18 de ellos a  su serie Las Miserias  y desgracias de la Guerra, impresas en 1629-1632,  por el editor Israèl  Henriet  en París. Su patria, Lorena,  sufrió la Guerra de los Treinta Años, fue invadida por los franceses en 1633. Estas guerras entre estados en Europa  es lo que inspira a Callot   a dejarnos este documento de la barbarie y el desorden de las tropas cuando invaden un territorio enemigo. Sin duda Goya conocería esta serie para realizar sus Desastres de la Guerra.  No es hasta que aparece un pequeño corso vanidoso, estratega guerrero y político, llamado Napoleón Bonaparte, nacido en Apeccio el 15 de agosto de 1779, quien con el tiempo se declarará Emperador de los franceses en 1804, y una década mas tarde se hace con el control de toda Europa occidental y central. Sus agresivas guerras fueron   las mayores operaciones militares de la época. Napoleón buscó la alianza de España para invadir Portugal por el tratado de Fontainebleau se le permite entrar en territorio español y tras cruzar la frontera decide incluir a España en su Imperio, colocando a su hermano José, apodado Pepe Botella, en el trono de España. Junto a múltiples  súbditos, Goya juró fidelidad al nuevo Rey. El pueblo español se rebeló iniciando así la Guerra de guerrillas, causando un gran desgaste en las tropas napoleónicas y en la economía de Francia. Se hacen cálculos de que un 10% de las bajas  entre españoles y franceses ocurrieron durante Los Sitios de Zaragoza entre 1808 y 1809.  Tras el Primer Sitio llegó Goya a Zaragoza llamado por el general José Palafox, para documentar la barbarie y destrucción producida por esta guerra.  Solo vio cadáveres y así deja constancia en el grabado Caridad, que firma y fecha en 1810, cuando dio inicio a este alegato sobre la guerra que son los  Desastres,  en los que no hay vencedores ni vencidos solo los instintos feroces del hombre desatado y sin freno.  Fueron publicados por la Real Academia de San Fernando que había adquirido las planchas en 1863.
El Museo de Grabado Goya de Fuendetodos  adquirió una serie de esta publicación gracias a una subasta de obras hecha por los artistas para este fin  en 1981.En el año 1993 me encargó la Dirección del Museo un estudio de esta obra gráfica,  y se editó un facsímil de los primeros veinte grabados de la serie que prologó el entonces Director  de la Calcografía Nacional, Juan Carrete Parrondo, que tituló   Los Desastres de la Guerra, vivencia de las ideas de Goya. Mi texto y estudio de los grabados lo titulé: 1808-1810 España contra Napoleón
Cuando llegamos al siglo XX el 28 de julio de 1914, es decir, este mes hace 100 años, que se inició la Primera Guerra Mundial en Europa, con al aviación como novedad guerrera. La muerte se eleva a los cielos. También aparecen los productos químicos  mortíferos, como el gas mostaza.  Todo un catálogo de atrocidades que hablan muy bien de este animal llamado hombre. Un pequeño  dibujo al pastel,  realizado en una trinchera,  da fe del horror y la devastación. Firmado, Humboldt 14.
Ya he hablado de la Segunda Guerra Mundial y sus consecuencias en Costa Rica, la cual duro desde 1939 a 1945, seis años y un día, como novedad,  hornos crematorios  y la utilización de la energía nuclear como arma de guerra. Recordar y no olvidar Hiroshima y Nagasaki, primer bombardeo atómico el 6 de agosto de 1945.  Se crean dos grandes potencias Estados Unidos y Rusia y comienza la Guerra Fría,  El Muro de Berlín, la Guerra de Vietnam iniciada por los franceses y terminada por los norteamericanos. En 1968 hice una serie  de xilografías que titulé No mas Vietnam.  Otro fenómeno fue el nacimiento de las guerrillas en América, muy especialmente en Centroamérica,  donde comienza a desangrarse nuestra juventud. Solo Costa Rica, al no tener Ejército, permanece sin este cáncer social.  De este sangrante fenómeno hice en 1981 una serie de aguafuertes que titulé Muerte en Centroamérica, y dos pinturas al óleo grandes que expuse en Vicenza y Bassano del Grappa, actualmente en la colección de Hugo y Mima en Bassano.
 La guerra continúa en el siglo XXI, lo vemos en Ucrania donde una mano anónima aprieta un botón de un misil, y derriba un  avión comercial.  ¿Quién tiene la culpa?  ¿El que lo  utiliza o el que lo fabrica  y lo vende?.
En la tierra en que se escribió la Biblia plena de guerras en sus relatos, se siguen matando estas  tribus de Oriente próximo,  lugar donde nació Jesucristo, líder de la paz y el amor,  pero como dice el poeta Blas de Otero: Aquí no se salva ni Dios, lo asesinaron.
Carlos Barboza Vargas.