Archivo Barboza Grasa ®

DE LOS SABOYA Y “LA BELLA ITALIA” A LEONARDO DA VINCI EN TURÍN


Al escribir este blog me ha entrado el Síndrome de Stendhal, al recordar la belleza que se exponía en los salones y caballerizas de la “Reggia Venaria” en Turín.   Este Palacio Real declarado en 1977  Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO y recientemente restaurado, es un palacio barroco con vastos jardines de 80 hectáreas, con una arquitectura y arte de los siglos XVII y XVIII y que fue residencia de caza de la dinastía de los Saboya. Su primer arquitecto, Amadeo di Castellamonte,  construyó la Fuente de Hércules y el Templo de Diana, a partir de 1658. Luego el edificio se amplió en 1716 a 1727 por el gran arquitecto Filippo Juvarra, quien realiza la Galería grande, la Capilla de San Huberto, la “Citroniera” y las Caballerizas, convirtiéndose el Palacio en una de las grandes obras de barroco, con sus frescos y estucos. En las estancias del Palacio de exponían diversas obras para poder comprender la evolución de la dinastía de los Saboya en el Piamonte, la cual comenzó cerca del año 1000 con Umberto I Biancamano, Conde de Moriana; se consolidó con Vittorio Emanuele II, primer Rey de Italia en el siglo XIX, y finaliza la Dinastía con Umberto II en 1946.
El recorrido de la Exposición “LOS SABOYA”, se inicia con hipotéticos retratos de los Condes y Condesas desde el siglo XII, realizados en 1600, luego hay obra de  grandes retratistas y pintores europeos que dejaron constancia de los miembros de esta familia, es decir, de la iconografía Sabauda, como  Anton Van Dick, Charles Dauphin, Maria Giovanna Bautista Clementi, llamada “La Clementina” y nacida en Turín en 1690 y fue retratista de la Corte de Saboya cerca de 1722. El sueco Martin  Meytens, el torinés Giuseppe Dupra, y Luis Bermeo entre otros.  Es conocida la gran afición al arte de los Saboya, existiendo hoy en Turín el Museo Egipcio y el Museo de la Colección Sabauda que reúne todas las obras maestras conservadas por esta familia.
En la Exposición, entre pinturas, muebles, grabados, dibujos de plantas arquitectónicas, porcelanas, objetos de Oriente y joyas,  se encuentran obras de artistas como Giacomo Casella, Pompeo Leone, Giovanna Garzoni,  Franz Pourbus, Guido Reni, Artemisa Gentileschi, del grabador Antonie de Pienne, Bernardo Belloto….., Los frescos en la sala de Diana de Jean Miel, las pinturas de caza de Francesco Beaumont, con las Condesas a caballo, el retrato de Maria Luisa Gabriela de Saboya, Reina de España, del español Miguel Jacinto Meléndez,  y las  obras religiosas de  Sebastiano Ricci, Conca y Trevisani, en la capilla de San Umberto,  hacen que esta Exposición sea un referente para comprender la importancia de la dinastía de los Saboya en Turín y en Italia.








Junto a la Exposición de los Saboya, en la Galería del Setecientos proyectada por Juvarra, se expone una Muestra de Arte denominada “LA BELLA ITALIA”, con 360 obras de los mas grandes artistas italianos hasta el siglo XIX, con motivo de celebrar los 150 años de la Unidad de Italia.  El itinerario de la exposición se inicia con la ciudad de Roma, siguen Florencia, Turín, Génova, Palermo, Nápoles, Bolonia, Parma y Módena, Milan y Venecia. Cada una de estas ciudades va acompañada con obra que nos ilustra de su pasado,  pinturas y grabados de vistas de los siglos XVII, XVIII y XIX, dibujos de plantas arquitectónicas de los edificios, personajes famosos que influyeron en el devenir de su historia, sus símbolos, y los artistas después de la Unidad en 1861, donde se construyó una nueva Italia y un Estado moderno.
Visitando los distintos departamentos en que se divide la exposición se enfrenta uno a obras como la Afrodita y el Fauno ebrio de mármol rosa, ambas del siglo II d.C., relieves romanos pinturas de Salvatore Rosa, vistas de Roma, y en especial los aguafuertes de Piranesi sobre la antigüedad romana, publicados en 1756  en cuatro volúmenes. Estatuas de personajes romanos y Papas, como es el busto de Pio VII y la estatua de la Religión Católica de Canova. En Florencia nos aparece Dante Alighieri en una pintura de Michielino, de 1465, y Petrarca y Bocaccio  pintados por Andrea del Castagno en 1450.  Una Madonna con Bambino, de Giotto de 1295,  el modelo  de  la linterna de la cúpula de Santa Maria dei Fiori, de Brunelleschi,…. también una pintura del Beato Angélico. Nos detenemos  en el San Juan Bautista de Donatello, y en el David de Verrochio, los retratos de los Médicis y en la Calumnia de Boticelli. Un busto de mármol de Miguel Ángel terminado por Calcagni.  El libro de Vasari sobre la vida de pintores y escultores de su época, obras de Benvenuto Cellini, y me llama la atención, el retrato de Galileo viejo, de Justus Suttermans.
En la sección dedicada a Turín, nos encontramos con retratos de los Saboya, sobresaliendo el del Príncipe Tomaso de Saboya y Carignano, pintado por Van Dick en 1634, obras de Orazio Gentilleschi, una Anunciación, y obras de Charles Dauphin, una bella vedutta de Turín, pintada por Belloto. Las obras de Pittoni y Guiaquinto alegran la vista al igual que los paisajes de Los Alpes  de los artistas torineses del siglo XIX  como Reviglio y Bagetti, con su excelente y romántica vista de la Sacra de San Michele.      
El personaje de Andrea Doria, como Neptuno nos acerca al mar en Génova, y está acompañado por Strozzi, Rubens Van Dick, Veronés, Guercino, y el muralista Domenico Piola y una vedutta de Magnasco. En Palermo la iconografía  religiosa sobresale con una gran cuadro de Novelli y finalmente un “Garibaldi en Palermo”, pintado por Giovanni Fattori, en 1860. La pintura napolitana influenció mucho a los artistas españoles del los siglos XVII y XVIII,  como Lucas Jordán,  Traversi, Falcone, Solimena, Giaquinto, Salvatore Rosa, Joli,… pero también participan los españoles en el arte napolitano, como es el pintor y profesor Jusepe Ribera, nacido en Játiva en 1591. 
En el apartado  dedicado a Bolonia, encontramos obra de Ludovico y Aníbal Carraci y  Guido Reni, con un total de 13 obras entre temas paganos y religiosos.  Una bella dama con turbante turco de Parmigianino nos enamora, al igual que una serie de libros que hablan del interés por difundir la cultura y los conocimientos.   El gran Diego Velázquez esta presente con un retrato de Francesco d´Este, pintado en 1638, y vestido a la española; con el mismo tema, pero en escultura, Bernini nos dejó su imagen. 
En Milán, donde Leonardo da Vinci desarrolló un periodo muy importante de su obra, recordamos la Santa Cena y la tierra de los Sforza, sus protectores. Hay obra expuesta de Campi, Crespi, un dibujo de Leonardo, un fresco  trasladado de Bramante, un “Napoleón”de Canova, y del veneciano  Hayez, su obra  “El beso” que sirve de reclamo como cartel de la Muestra.
La ciudad del león, Venecia, que  tanto amo e influenció a Goya, es rica en arte y arquitectura. Se exponen obras de Carpaccio, Tiziano, Veronés, Tintoretto, Tiépolo, Canaletto, Guardi, Longhi, Canova, y los pintores del siglo XIX como Nani, Querena, Brasin, con su panorámica de la ciudad, cierra la Exposición de “La Bella Italia”.   Esta Exposición se encuentra actualmente en el Palcio Pitti de Florencia y ha sido sustituida por la Exposición “LEONARDO, EL GENIO Y EL MITO”.  





Esta muestra esta compuesta por veintiocho dibujos del Maestro, y se divide en cuatro temas que son: Leonardo, Los Leonardescos, El rostro de Leonardo, El mito de Leonardo en el Arte Moderno y Leonardo en el Cine y la Televisión.  Sobre todo, el artista de Vinci, fue un gran dibujante,  práctica que le sirvió para expresar sus pensamientos, sus emociones, y sus investigaciones. No quedó nada de la Naturaleza que no dibujara y estudiara. No utilizó el dibujo para reproducir la realidad sino para ahondar en ella. En sus cuadernos sentó las bases del dibujo y en estos cinco siglos de arte dibujístico, los artistas occidentales no han hecho mas que tratar de acercarse a su impronta creativa. El último gran dibujante del siglo XX que es Picasso, se esfuerza por dominar esta forma de dibujar, al igual que hicieron los alumnos que intentaban copiar al maestro y no cumplen con su frase “Hay del alumno que no supere a su maestro”.
Sus dos autorretratos  sirvieron para dejar posteriormente su iconografía en óleos, medallas, grabados, esculturas que recuerdan al maestro.  Finaliza la Exposición con una serie de artistas del siglo XX entre ellos, Duchamp y Warhol,  que se les puede aplicar la frase de Bernett Newman dicha en 1992: … “su gran influencia : también Courbet y Cezzanne la aprovechan. Procede de Mona Lisa. Quienes le encajan un bigote, no atacan a Mona Lisa, ni al Arte, sino a Leonardo Da Vinci como hombre. Lo que no admiten es que con media docena de cuadros, este hombre haya pasado tan brillantemente a la historia mientras que ellos se sienten inseguros con su extensa obra”.

En este año de 2012 se celebran magnas exposiciones sobre Leonardo en Londres, en la National Gallery, donde se expone un atribíido Salvator Mundi que tiene una composición  muy icónica y no usada por Leonardo en sus pinturas y retratos. Es justo lo contrario de su revolución plástica. En Madrid, en las instalaciones del Canal de Isabel II, se expone una gran muestra de Leonardo inventor,  Da Vinci, el Genio, con  maquetas de sus máquinas y una selección de dibujos.

Carlos Barboza Vargas
Miembro de ICOM.