París es una meta de este grupo a la que todos viajan para aprender la nueva estética francesa, y uno de los que se instalan por allí es Anglada en 1894 hasta 1904. La luz nocturna de gas de Paris hace que su retina cambie su registro de color y su paleta pictórica se oscurece y engruesa la materia con amplias pinceladas transmitiéndonos un mundo callejero y de salones muy al estilo de Toulouse Lautrec, pero con seres mas fantasmagóricos y nostálgicos, no recreándose en la alegría de vivir sino en al soledad de esas bellas mujeres con sus atuendos, poniendo énfasis en los sombreros en los que se recrea, los caballos solitarios y apareciendo el mundo gitano en su pintura. El joven genio Picasso seguramente conocía esta pintura ya que en esta etapa de París pinta temas muy parecidos pero con una ironía que Camarasa no poseía.