Archivo Barboza Grasa ®

ANTECEDENTES de EL COLOSO de GOYA


Es en el Cuaderno italiano donde Goya se interesa por la escultura, y durante su estancia en Roma, se dedica a dibujar diversas obras, entre ellas dos muy significativas, el Torso de Belvedere y el Hércules Farnesio que estudia con atención, ya que los dibuja desde distintos ángulos. Ambos estudios se relacionan con la pintura de El Coloso, el Torso con el grabado, y el Hércules, con la primera figura que pintó para El Coloso, la cual se puede advertir en la radiografía. Glendinning explica en la Revista Goya Nº326, la forma de reutilizar Goya los lienzos, justificando estos cambios compositivos.

En las pinturas de Goya en la Cartuja de Aula Dei, como explicamos en nuestro anterior escrito en el blog, se encuentra la forma de tratar pictóricamente la superficie mural y en especial, el inicio de la pintura de animales en la obra de Goya. Los diversos personajes transmiten una sensación de grandiosidad colosal, en especial, el vaquero de espaldas, en el mural de El Nacimiento de la Virgen y San José, destacándose con una gran nueve blanca sobre su cabeza, en la escena de la Visitación a Santa Isabel. Estas figuras pueden constituirse como antecedentes de El Coloso, por su forma de ocupar el espacio.




En la Sociedad Económica de Amigos del País, perteneciente a los fondos de la Academia de San Luis de Zaragoza, catalogamos un bello dibujo realizado a sanguina por Goya, en el que aparece él mismo, de espaldas, como un gran coloso. A principios del año 1983 fuimos requeridos por D. Jaime Jordán de Urriés Azara, Marqués de Noya, Director de la Real Sociedad Económica de Amigos del País, para revisar los fondos artísticos de dicha Academia, ya que se encontraban en fase de traslado de la sede de la Calle de Don Jaime I.

Dentro de las múltiples obras que allí se encontraban, como bien explicamos en la entrevista realizada en el Heraldo de Aragón del domingo 5 de junio por Luis García Bandrés, notificamos nuestro aporte a la identificación de este Autorretrato de Goya desnudo de espaldas y una serie de grabados de Piranesi y diversos bocetos de pintura de la escuela aragonesa del siglo XVIII. Anteriormente, en el mismo periódico, el historiador Guillermo Fatás en un artículo titulado Un autorretrato de Goya inédito en Zaragoza, explica a continuación: …Se une al propuesto por Carlos Barboza y M T Grasa en la cúpula Regina Martyrum de El Pilar y sé que Barboza ha examinado este que les digo, a la sanguina, y que muestra al artista con una edad en torno a los cuarenta y seis años.


Unos meses mas tarde, del 17 de octubre al 10 de diciembre de 1983, se celebró una gran exposición con esta colección de dibujos con el título Dibujos de Academia en la Caja de Ahorros y Monte de Piedad de Zaragoza, Aragón y Rioja, hoy Ibercaja, donde figuraba este dibujo como la estrella de la exposición.


En 1987, los Amigos del Museo del Prado, publican un volumen con el título Goya, nuevas visiones, como homenaje a Enrique Lafuente Ferrari, donde participan diversos estudiosos de Goya con nuevas investigaciones sobre el genio de Fuendetodos. Entre ellos se encuentra un artículo de Manuela Mena Marqués que se titula Consideraciones sobre un dibujo de academia atribuido a Goya, y habla de los fondos de la colección y los orígenes de la misma y dice cosas como ésta del dibujo: …Nunca podríamos pensar, ante el bellísimo dibujo de Zaragoza, atribuido a Goya, que nos encontramos ante una copia si no fuera porque conocemos el original de Batoni…… Es indudablemente el de Goya un desnudo de formas más vulgares, en el que el artista ha aumentado el volumen de los hombros, de las caderas y de las nalgas, con lo que da la impresión de tener menos estatura que el de Batoni. Luego le dedica elogios como: increíble sensación de verdad,….. parece copiado del natural, vibración naturalista e individual del modelo….El dibujo en la parte inferior la rúbrica de Goya y lo fecha en el decenio de 1780 y termina de la siguiente forma: ….Sólo quien domina la expresión gráfica como él lo hace en este dibujo, sería capaz de alcanzar los infinitos matices de la luz y de la sombra, del movimiento y la calma, del silencio o el grito desgarrador al que llega en sus aguafuertes y solo quien conoce y domina la forma del cuerpo humano, combinando la gracia y la fuerza de una figura sin rostro y, sin embargo, profundamente individual, podría mas tarde sobrecoger al espectador con solitaria presencia, también de espaldas, de El Coloso o el Gigante. ( Figs 12 y 13).


Es curioso que esta misma persona que habla así de un dibujo de Goya en Zaragoza, en 1987, relacionándolo con los Colosos de Goya, grabado y pintura, ahora, en el año 2009, reniegue de sus gustos y apreciaciones pasados. No entendemos cómo ha cambiado, al igual que la Sra. Wilson, que también reniega de este Gigante goyesco, aunque fue colaboradora en el catálogo del Goya de Pierre Gassier, y que en diversas publicaciones posteriores el maestro Gassier, lo siga incluyendo como una de las obras maestras de la pintura de Goya.

Carlos Barboza Vargas Eloísa Teresa Grasa Jordán
Restauradores Facultad de Bellas Artes de San Fernando, Madrid,UNESCO, Roma
Miembros de ICOM.