Archivo Barboza Grasa ®

GOYA, LAS PECHINAS EN EL PILAR Y SU RESTAURACIÓN

El año 1779 ha sido muy importante para Francisco de Goya. En enero conoce personalmente al Rey y a los Príncipes de Asturias. Esto se lo notifica en una carta a su amigo del alma Martín Zapater, y entre otras cosas, le dice lo siguiente. … pero chiquío, campicos y buena vida, nadie me sacará de esta opinión, y mas que ahora empiezo a tener enemigos mayores y con mayor encono.

En 1780 ingresa en la Academia de San Fernando y presenta el cuadro Señor Crucificado. El día 8 de mayo en Zaragoza se confirma la disposición del Cabildo de El Pilar de que pinten Goya y Ramón Bayeu, ajustando cada pintura en 3000 pesos. Goya comienza a pintar los bocetos de la Regina Martyrum, y el señor Matías Allué le empieza a buscar casa en Zaragoza. Y es cuando dice que solo le basta con una estampa de la Virgen del Pilar……todo lo demás es superfluo……

El 5 de octubre está en Zaragoza, presenta los bocetos a la Junta, y los aprueban con gusto. Y comienza de nuevo la fiebre creadora, la ejecución real sobre la cúpula de su sueño, María Reina de los Mártires. Tender el mortero de cal y arena al amanecer para que esté dispuesto en el tiempo preciso; los colores, los pinceles y brochas discurriendo veloces sobre el velo blanco que se transforma, húmedo, en ángeles y mantos llenos de colores intensos. 220 metros cuadrados de superficie al fresco, más de 70 figuras completas, 41 jornadas de trabajo sin aliento. Comienzan las críticas y las envidias, termina antes que los hermanos Bayeu, las figuras proporcionadas en el espacio y vibrantes, no pequeñas y de porcelana, como las otras.
El 11 de febrero de 1781, Goya y Francisco Bayeu concluyen sus pinturas. El 10 de marzo, Goya presenta en la Sala Capitular los bocetos de las pechinas, Fe, Fortaleza, Caridad y Paciencia. La Caridad, matrona rodeada de niños que acarician su pecho, no les gusta, la ha pintado a la manera romana. Goya deberá cubrir los pechos para mayor decencia. El 12 de marzo de 1781, Matias Allué escribe Francisco Bayeu:

…habiéndose notado que vuestra merced no veía la que hacia Goya, y que éste caminaba solo y a solas, se entró en algún recelo. Llegó el caso de descubrirse esta obra y desde luego, llovieron tantas censuras sobre ella, que han puesto a la Junta en el paraje de haberse de justificar sobre habérsela dado al referido Goya.Le ruega que lo vigile, incluso le sugiere poner de nuevo los andamios con excusa de la pintura de las pechinas, para que se atenúe aquella disonancia que dice haber con las demás obras ejecutadas. Una total incomprensión, cuatro meses de esfuerzo en alcanzar la armonía y el cielo se viene abajo.

El 17 de marzo Goya redacta un largo Memorial, (ver Goya en el camino página 86), y entre otras cosas dice: El honor de un profesor es cosa muy delicada, el concepto es el que se sostiene, depende de la reputación toda su subsistencia, y en el día en que se oscurece con alguna ligera sombra, pereció toda su fortuna. …..Continua que no puede:…sin perjuicio de su honor, el sujetarse a la dependencia absoluta de otro profesor, …..interviene el Padre Cartujo de Aula Dei, Don Félix Salcedo, quien le escribe una extensa carta en la que le insta a someterse al cliente que paga y a su cuñado Bayeu. En sucesivos días de abril, Goya presenta los nuevos bocetos de las pechinas que son aprobados el 17 de abril. El 29 de mayo se le paga, no se le dan medallas a su mujer Josefa Bayeu, se enferma del disgusto, y el 14 de julio escribe a Zapater desde Madrid, ….en acordarme de Zaragoza y de pintura me quemo vivo.
RESTAURACIÓN DE LAS PECHINAS 1983-1984

Nosotros restauramos las cuatro pechinas de Goya de la cúpula Regina Martyrum del Pilar entre 1983-1984. Presentaban un deterioro de los materiales empleados por las anteriores intervenciones. Restituimos los morteros según la fórmula probada por la UNESCO y el Instituto de Restauración de Roma, que se compone de polvo de mármol, cal, y adición de caseína para la sujeción del mismo, que son los mismos materiales del mortero del fresco. Luego reintegramos a regattino con acuarela las partes perdidas. Bibliografía: Barboza Grasa, Goya frente al muro DPZ, Zaragoza,1996. Hacer clik en el álbum picasa para ver imágenes de las pechinas.

RESTAURACION DEL 2009

En la última restauración de la cúpula en el 2009, no era necesario intervenir sobre las pechinas, ya que los desperfectos, debidos al agua proveniente de las cubiertas, se encontraban en la cúpula. Las pechinas se conservaban en buen estado. Y eso es lo que no hay que hacer en restauración, intervenir sobre una pintura que no lo necesita. Porque cada vez que se interviene, se le quitan años de vida a una pintura. Es como someter a una persona a operaciones quirúrgicas innecesarias. O si la intención es ampliar el presupuesto y justificarlo como está sucediendo en Aula Dei. En el video que se encuentra en picasa, titulado Goya y la Regina Martirum en la Fundación Caja Madrid y la DGA, podemos observar a un restaurador golpear sobre la pechina de La Paciencia, cuando sólo se necesitaba una esponja y agua, para quitar nuestro trabajo sin lastimar la superficie. Al eliminar la reintegración anterior en la pechina de La Fortaleza, sustituyeron la mano que apoyaba en el escudo, por un brazo que parece una pata de ave y un manto mal diseñado y recto, cuando deberían estar mas matizados ya que se encuentran en zona de sombra. La primera norma en restauración es que no sobresalga la reintegración sobre el original.

Carlos Barboza Vargas Teresa Grasa Jordán

Restauradores, Facultad de Bellas Artes de San Fernando, Madrid. UNESCO, Roma.