Archivo Barboza Grasa ®

JULIETA DE BARBASTRO A GALERIA DE ARTE COSTA 3 EN ZARAGOZA

El 26 de febrero de 1979 murió en Barbastro una anciana que repartía y vendía periódicos y se le veía vagar por las calles de la ciudad. Pero antes, el pintor Modest Cuixart se había fijado en ella, hasta el punto de que en 1976 le hizo un cuadro que tituló La bruja de Barbastro y descubrió así una de las múltiples facetas de la personalidad de este personaje barbastrense, la pintura. Para esas fechas, el periodista de Heraldo de Aragón, Luis García Bandrés, estudiaba la biografía de Julieta y su pintura, la cual rescataba poniéndola en condiciones para exponer.
La Galeria de Arte Costa 3 estaba empezando su andadura expositiva en Zaragoza, y vino Luis con un proyecto para realizar una exposición homenaje a la recién fallecida pintora naif de Barbastro. Tanto Teresa como yo, acogimos la idea con entusiasmo al igual que el gremio de pintores jóvenes sensibilizados por la personalidad y la pintura de esta artista. La exposición se inauguró el 22 de marzo de 1979, juntándose en el tiempo la obra de Julieta con la de 23 artistas de Aragón, que hicieron una obra especial para este evento. La prensa de la ciudad dio fe de este acontecimiento. La obra de Julieta presentada era un conjunto de óleos de muy diverso tamaño, con una pasta jugosa y colorido de gama tonal gris, donde introducía detalles de color puro,que en algunos casos recubría los fondos con purpurina dorada, como en la pintura dedicada a Manolete u otra en que se encuentran Arruza, Manolete y Chicote. También aparece Franco con la bandera española y una espada, el matrimonio Curie, el Papa Pio XII, Goya, la Reina de Inglaterra, bodegones y edificios de la ciudad que la vio nacer.
Como ya dijimos el colorido es sobrio y la composición barroca, llenando todo el espacio del cuadro, como si quisiera atrapar todos los acontecimientos y vivencias con un miedo al vacío y a la soledad, solamente se vuelve contundente cuando se autorretrata y se pregunta por ella y su destino, o cuando pinta pájaros, como es el caso de La abubilla acompañada por un venado, en el que el color se suaviza y se enternece en azules, al igual que cuando pinta flores u objetos como El velador con la cuchara de oro. Su pintura naif es una pintura que ha visto otras pinturas, debido a que Julieta vivió en París y Madrid, y hay un recuerdo de la pintura postimpresionista de los nabis, grupo de Gauguin, y de Matisse, se puede apreciar su cultura pictórica en su obra y su realización.
Los 23 artistas aragoneses que expusieron en este homenaje a Julieta son hoy una realidad en el arte español contemporáneo, entre ellos se encuentran: Abraín, Aransay, Arce, Asensio, Barboza, Bayo, Blanco padre, Blanco, Buisán, Cano, Cásedas, Domínguez, Fernández Molina, Fortún, Giralt, Teresa Grasa, Laborda, Lalinde, Iris Lázaro, Loscos, Mayayo, Rallo y Viejo.
Le dedicaron su obra a su figura con dibujos, ceras y acuarelas. Otros con figuras simbólicas, cajas, collages, obra abstracta, pero todos con el fin de reconocer el valor de la pintura de Julieta.
Ahora en Barbastro en la Sala de Exposiciones Francisco de Goya-UNED, se celebra unas exposición de Julieta y su pintura, que ha sido organizada por la Fundación Ramón J. Sender y la UNED de Barbastro siendo realizado y prologado el catálogo por María Jesús Buil Salas. Nuestra nueva participación en esta exposición fue solicitada por el historiador y anticuario Toni Buil Selles, hijo de mi buen amigo Antonio Buil, con el que tuve largas charlas sobre el arte popular aragonés que fue recuperando pacientemente y salvando de la desidia y el abandono, y lo puso de nuevo en circulación para su restauración y aprecio. Debería hacérsele también un homenaje en Barbastro, ya que trabajó en los años difíciles para el arte antiguo popular en España y especialmente en Aragón.
Barbastro es una bella ciudad aragonesa que se encuentra cerca de Lérida y del Pirineo, sus calles tienen mucho misterio al igual que su arquitectura, hoy día se ha inaugurado el Museo Diocesano para albergar el arte sacro de la zona, y en espera de que vuelva la obra que ha emigrado a Lérida, así que vale la pena darse una vuelta por la Ciudad del Vero, para ver a Julieta y al Museo Diocesano.
Carlos Barboza Vargas