Continuando con el estudio de la obra de Goya expuesta en el Patio de La Infanta, nos referimos en primer lugar, a los dibujos y en especial al reverso del Autorretrato de Goya desnudo, donde el dibujante encaja en el espacio a Dos figuras varoniles desnudas en un paisaje. Una de ellas está sentada, y representa a un santo con un rosario en la mano, con un gesto de meditación y angustia, muy similar a las cabezas de los dibujos goyescos de San Isidro (1775-75), El agarrotado, (1778-1780), o el dibujo primero de los Desastres, Tristes presentimientos de lo que ha de acontecer. (1814-1820). Tiene esta sanguina una fuerza y luminosidad que da muy bien el ambiente en que se desarrolla la escena. En el ángulo inferior derecho hay una firma de un alumno de Goya, Igs. Uranga, muy débil, tímida, con lápiz negro, y se ve superpuesta. Creo que es el mismo caso del retrato de cuerpo entero de Pignatelli, del Canal Imperial de Aragón, que se lo apropió el restaurador Lalana, ya que los dibujos de Uranga, a lápiz, expuestos en el mismo espacio del Patio, son de una debilidad técnica y conceptual que demuestran que su mano no es capaz de crear un dibujo de esta envergadura técnica, sólo permitida a Goya.
Se encuentran expuestos dos dibujos mas de Goya, uno de ellos, un estudio de una escultura del Laocoonteen yeso, seguramente hecha cuando era estudiante y que envío a la Económica para que sirviera de modelo de cómo se tenía que dibujar una estatua en yeso. Le acompaña un Desnudo de hombre de espaldas, que coincide con el dibujo de Batoni que se expone también y que seguramente copió, o hizo una versión del mismo modelo. Ambos dibujos de Goya no se encuentran en el catálogo publicado, pero si se introduce una aguada de un Anciano con turbante catalogado como Goya, sin fecha. Goya empieza a hacer aguadas con la intención de trabajar la aguatinta en los grabados, y las primeras las encontramos en el Álbum de Sanlúcar y Álbum de Madrid, realizados entre los años 1796-97, cuando contacta con la Duquesa de Alba, Goya en las aguadas no utiliza la plumilla. El dibujo expuesto coincide con los dibujos realizados por Giovanni Battista Tiépolo y el Museo del Prado conserva algunos, en especial el que se titula Varios personajes vestidos de orientales, que luego introduce en su serie de grabados Capricciy Scherzi di fantasía.
La exposición continúa en la planta baja, donde se hace un recorrido de la historia de la Real Sociedad, y la primera y agradable sorpresa es volver a ver los dos bocetos de Goya que se exponen por primera vez al público, aunque muy debilitados por las limpiezas desafortunadas que han tenido, pero guardan la impronta goyesca muy próxima a Aula Dei, con una temática religiosa dedicada a la Virgen María, como es La Visitación de la Virgen a su prima Santa Isabel, y La presentación del Niño en el Templo, temas tratados en la Cartuja.
En 1778, Goya descubre a Velázquez, de cuya influencia no se separaría nunca, considerándolo su maestro al igual que Rembrandt. Dibuja la obra del sevillano para trasladarla al grabado y aprovecha la ocasión para copiarlo también en pintura y hace dos copias grandes de Menipo y Esopoque se encuentran en el Museo del Prado, y éstas mas pequeñas de la Real Sociedad.
Están expuestas también dos pequeñas tablas con una composición y realización muy italianizante del siglo XVII, y que fueron dadas a conocer por José Gudiol, pero Pierre Gassier no las cataloga y De Angelis sólo una de ellas. Estudiando dichas pinturas sobre Santa Teresa y la Virgen, creo que son bocetos realizados por el artista milanés Francesco del Cairo, 1607-1665, quien estuvo al servicio de la casa de los Savoya y fue un seguidor de Cortona, Guido Reni, Caravaggio, y de los venecianos. En el Museo de Parma se encuentra actualmente un cuadro de Francesco del Cairo que coincide en temática y entonación de color con estos bocetos, titulado Madona del Rosario e i santi Giuseppe e Teresa. También en la Cartuja de Pavía pintó un cuadro de temática teresiana.
Se expone otro cuadro que titulan Escena pastoril, y lo adjudican al Círculo de Goya, ¡ no sé por qué ¡ … Esta pintura está influenciada por el pintor holandés Nicolás Berghem, es uno de los grandes grabadores junto a Rembrandt, del siglo XVII y famoso por sus pinturas de paisajes pastoriles que realizó en Italia en la campiña romana, y que luego sirvieron de inspiración a los pintores franceses como Boucher. Esta pintura estará inspirada en un grabado de Berghem.
En el Patio de la Infanta, se encuentran dos pinturas, una La segunda toilette de una dama, que José Sinués adjudicó a Goya y ahora lo adjudican a Ramón Bayeu. La composición y temática de esta débil copia sobre papel, corresponde a lo que se llama Pintura galante francesa y cuyo máximo exponente de la misma en España era Luis Paret, pero esta obra es una versión de algún profesor o alumno de la Academia. No merece estar allí, junto a los Goya, la pintura que representa una cabeza de Don Ramón de Pignatelli que no llega ni a la altura de la desafortunada copia de Goya que hizo Gil Bergasa en 1906.
En cuanto al retrato de Don Juan Martín de Goicoechea y Galarza, que en esta exposición aparece como del pintor flamenco Merklein, ya viejo, es una copia del cuadro que Goya le hizo a este gran amigo y que ahora se encuentra en el Museo de Zaragoza. Es extraño, que el maestro copie al alumno. Le han adjuntado una cartela que lo data en 1789. Es muy fino de realización, pero con algunas irregularidades como en la Cruz de Carlos III que le otorgan al prócer en ese año, es mas pequeña y eta colocada a mas altura que la versión del Museo, al igual que los pliegues de la casaca y la mano no coinciden con el original. Su cabeza es muy similar al mismo Retrato de Goicoechea de cuerpo entero, en la Academia con alumnos, pintado por Buenaventura Salesa en 1806-07.
No dejen de visitar esta interesante exposición de la importante historia de la Real Sociedad Económica Aragonesa de Amigos del Pais.
Carlos Barboza Vargas
Miembro de ICOM, UNESCO Roma.
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