Francisco Bayeu y Subías es uno de los grandes pintores muralistas de la Historia del Arte, que nació en Zaragoza el 9 de marzo de 1734, y fue bautizado en La Seo. Sus padres eran Ramón Bayeu Fanlo y María Subías. Sus primeros estudios artísticos los realiza con el pintor bohemio afincado en Zaragoza, Juan Andrés Mercklein y luego con José Luzán.
Los méritos pictóricos de Francisco Bayeu son reconocidos desde muy joven, y cuando viene a pintar en 1752-54 la cúpula del Pilar Antonio González Velázquez, discípulo de Corrado Giaquinto en Roma, toma contacto con el joven Francisco y se lo lleva a Madrid bajo su dirección y es pensionado en 1758, dándole el Premio Extraordinario de la Real Academia de San Fernando, por su pintura La tiranía de Gerión. El fuerte carácter de Bayeu le hace enfrentarse a su maestro González Velázquez, rompiendo su relación.
Vuelve a Zaragoza y se casa en 1759 con Sebastiana Mercklein, hija de su primer maestro. Comienza a pintar en la ciudad, en la Iglesia de San Felipe, en la cartuja de Aula Dei, Monasterio de Santa Engracia, hoy desaparecido… Pero en 1763 el famoso pintor europeo Antonio Rafael Mengs, le reclama como ayudante, a través del Marqués de Esquilache, para pintar con él en el Palacio Real de Madrid. Toda la gloria para un pintor joven.
En la primera monografía completa sobre la Vida y obra de Francisco Bayeu, en la que todos los estudios posteriores sobre el pintor se han basado, escrita por Valentín de Sambricio en 1955 y editada por el Instituto Diego Velázquez y el CSIC, se alude al Diccionario Histórico de los ilustres profesores de las Bellas Artes de España editado en Madrid en 1800 por la Viuda de Ibarra. En el libro de Sambricio se dice lo siguiente:
.. Íntima y familiarmente unido a Goya, su cuñado Francisco Bayeu es, dentro de la pintura española del siglo XVIII, una de las figuras más sobresalientes. Bayeu descolló en la pintura al fresco, y en esta técnica, tan rara siempre entre nuestros artistas, fue autor de decoraciones murales tan notables como las bóvedas del Pilar de Zaragoza, y algunos techos del Palacio Real de Madrid y los frescos del Claustro de la Catedral de Toledo. Director de la Academia de San Fernando, fue también buen pintor de retratos estéticamente inclinado mas hacia Antonio Rafael Mengs que al arte de Goya…..
Cuando Goya termina de pintar La Gloria en El Coreto del Pilar en 1772, su primera gran obra mural, Bayeu ya es un gran pintor muralista al fresco, como lo demuestran sus obras en el Palacio Real para la Cámara de la Reina con La rendición de Granada. Se cae del andamio y se rompe el brazo izquierdo. Después vienen pinturas como las del Convento de La Encarnación, el Convento de San Pascual en Aranjuez, Palacio del Pardo en Madrid y la cúpula de la Colegiata del Real Sitio de San Ildefonso en La Granja, Segovia.
En el momento en que el Cabildo del Pilar decide seguir decorando los techos aprovechando los andamios del Coreto, Goya se ofreció a seguir pintando, pero su cuñado, pese a tener mucho trabajo en El Pardo, ya que estaba pintando La Monarquía española cortejada de las artes, con los vicios a los pies, pide una licencia real de siete meses, para venir a Zaragoza y con esto, quitarle el trabajo a su cuñado. Goya es el primero de los pintores aragoneses en pintar en El Pilar sin su conocimiento, ya que éste lo quería de ayudante, como hizo con su hermano Ramón Bayeu al que eclipsó.
En 1775 está en Zaragoza Francisco Bayeu pintando la bóveda Regina Sanctorum Omniun, termina el paño cuadrado adornado con dos círculos de angelillos y la Regina angelorum, terminada en 1776 y es de inmediato es reclamado en Madrid y Toledo para cumplir sus compromisos pictóricos. En 1778 está pintando una capilla en Aranjuez.
Para pintar de nuevo en El Pilar y, debido a sus múltiples compromisos, tiene que buscar colaboradores para pintar lo comprometido con el Cabildo, presentando los bocetos en 1780 y realizando al fresco la Regina prophetarum y Regina apostolorum, firmada en 1781. Antes de marchar a Madrid, descalifica la obra de Goya, la Regina Martyrum y sus pechinas, causando grandes disgustos al genio con la Junta de Fábrica de El Pilar. Como hemos explicado el 13 de noviembre de 2009, en nuestro blog Goya en TVE, sobre esta obra de Goya. Luego este se marcha también a Madrid, disgustado, quedándose solo Ramón Bayeu para terminar sus obras Regina confesorum, Regina Patriarcharum y Regina Virginum, que termina en 1783.
El Museo Pilarista conserva todos los bocetos de los Hermanos Bayeu, comprados a la Viuda Angela Sulpice Chopinot en 1805, al igual que los dos bocetos de Goya, lo que unifica este gran conjunto de pinturas y bocetos de fama universal.
En el Heraldo.es, el periodista Mariano García, el día 27 de diciembre de 2009, escribe sobre la necesidad de acometer la restauración y conservación de todo este conjunto pictórico de los Bayeu.
Carlos Barboza Vargas