Archivo Barboza Grasa ®

AURELIO GRASA FOTOGRAFÍA A FRANCISCO MARÍN BAGÜÉS EN 1913

Cuando Francisco Marín Bagüés es becado por la Diputación Provincial de Zaragoza para formarse en Italia entre los años 1909 y 1912, Europa estaba sufriendo una gran transformación en el campo de la técnica y la investigación, y en lo político, con el auge del socialismo, el comunismo y los anarquistas. En el campo del arte, en París Matisse lidera el Fauvismo, luego Picasso y Braque, con el cubismo analítico en 1909, irrumpen en este mundo, proponiendo una forma de hacer y sentir que hace que la Pintura ya no sea la misma. Paralelamente, Marinetti publica el primer Manifiesto futurista en El Figaro de París en 1909. Mas tarde, en Centroeuropa nace en 1911 el Expresionismo, finalizando con Kandinsky en el Arte abstracto. En América Latina, también comienzan a revolucionarse y en México con el Dr. Alt empieza lo que luego se va a llamar Realismo socialista, aplicado y desarrollado en la primera revolución socialista en 1910 que, con Diego Rivera, primero influenciado por Zuloaga y luego por el cubismo de Picasso se convierte, junto a Orozco y Siqueiros en los padres de este movimiento en América.

Mientras tanto, el joven Marín Bagüés, estudia los grandes maestros en Roma, Florencia y Venecia, reforzando su gran capacidad de dibujante y de pintor. Su interés por ampliar conocimientos, le lleva a viajar a París en 1911 y seguramente en esta ciudad del Arte moderno, tendría conocimiento de todos estos movimientos artísticos. Su afán de conocer mundo y arte, lo lleva a Bruselas, Brujas, Gante y Amsterdam, donde vería al gran Rembrandt y la pintura holandesa.
En 1913 regresa a Zaragoza donde se establece y es nombrado Académico de Bellas Artes de San Luis y Conservador de pintura del Museo, donde montó su estudio particular y dará clases y realizará y archivará su obra. Para esas fechas, ya estaba trabajando desde 1910 como reportero gráfico del Heraldo de Aragón y ABC, el joven fotógrafo y estudiante de Medicina, Aurelio Grasa, quien entabla amistad con el pintor y su círculo de artistas aragoneses, para que este fotografíe sus obras, como el dibujo de su amigo Peruzo, firmado en 1913, acontecimientos artísticos, como la visita de Zuloaga a Zaragoza ese mismo año, con el fin de imponer su arte en esta generación y de vitalizar la figura de Goya en Aragón, en especial el rescate de la casa natal en Fuendetodos. De estos contactos nació la gran exposición de Zuloaga y los artistas aragoneses de 1916.

En la actualidad, en las Salas de Exposiciones de Cajalón en Zaragoza, se encuentra una Exposición comisariada por el catedrático y estudioso del pintor, Manuel García Guatas, denominada Francisco Marín Bagüés, 1879-1961 en Colecciones Privadas. En ella podemos observar el recorrido pictórico del pintor, desde sus primeros y jugosos óleos con una tendencia realista y popular, desde 1903 a 1909. Su íntimo Mi cuarto de Roma, al igual que su Autorretrato de 1910 donde está asimilando el modernismo que luego aplicará en carteles como el del Heraldo de Aragón o un retrato de su hermano al carboncillo semejante a las fotos de Ortiz Echagüe, años mas tarde.
Como dijimos, Zuloaga se convierte en líder de este grupo de pintores aragoneses que siguen su estética, – que fue rechazada oficialmente en España, – buscando en el mundo campesino sus tradiciones, sus trajes, sus utensilios y su ambiente. Se le puede llamar también realismo social, en el cual se refugiaron los pintores que, paralelamente a los movimientos artísticos parisinos, pusieron sus dotes y sensibilidad en rescatar para el futuro este mundo que desaparecería con el avance de la tecnología, el avión, el coche, el cinematógrafo y los grandes descubrimientos. Marín Bagüés da buenas muestras del mundo rural aragonés en esta exposición.

El retrato le sirve al pintor de Leciñena para evolucionar y es curiosamente, después del año 36 y cerca de los años 40, en que su obra, su forma de realizar su temática, sufre un cambio técnico y conceptual, y entra en ella lo que seguramente vio o estudió en Italia y París, aplicando métodos cubistas y del Futurismo italiano, aunque no lo aplica en la máquina como estos, sino en temas populares como La carrera de pollos de 1953. El expresionismo de sus últimos dibujos y pinturas actualizan a este gran pintor que decidió ejercer todas sus cualidades plásticas en Aragón.
Carlos Barboza Vargas