A finales del siglo XVIII, Aloys Senefelder en 1796 inventa la litografía, y Goya rápido aprende la técnica y la lleva a alturas técnicas jamás superadas, e hizo cuatro estampas de toros con el fin de venderlas a los indianos de América, se puede decir que comienza aquí el arte popular. Luego Daumier, Thèophile Steilen y sobre todo, Tolouse Lautrec, son quienes comienzan a realizar carteles de los espectáculos de París, con sus protagonistas como motivo. En el caso de Lautrec, el tema es el Moulin Rouge, con La Goulue: mas tarde Mucha hace los carteles de Sarah Bernardt.
La iconografía de personajes famosos expuesta en la sala de Ibercaja y al ver la reacción del público zaragozano ante las mismas, me hace reflexionar de nuevo en la necesidad de ser humano en tener referencias icónicas de sus dioses o de sus ídolos. El arte siempre en Occidente ha llenado esta necesidad y las artes gráficas han colaborado a ello, reproduciendo estampas de Cristos, Vírgenes, Santos, que la gente se colgaba en las paredes de su casa. Esto era más normal en los países latinos. En los anglosajones, después de la contrarreforma, eliminaron toda iconografía religiosa, por ejemplo, en Inglaterra solo dejaron a San Jorge. También en los países mediterráneos se ha ido perdiendo esta costumbre y han sido sustituidos por ídolos paganos del cine, políticos, y productos de consumo de las revistas y la televisión. Y es allí donde irrumpe al arte gráfico de Warhol para llenar este vacío, con personajes como Marilyn, que en la exposición se encuentra representada por un poster serigráfico de la colección Citoler, Jackie Kennedy, una vaca, Mao, Liza Minelli, Pelé, Mona Lisa, Truman Capote, Stallone, Drácula, Jane Fonda, Basquiat, Tenesse Williams, Alfred Hitchcock, un desnudo de Pat Hearn, ….. al ver este mundo icónico popular, los ricos quisieron apuntarse, pagando por pasar por su polaroid y la serigrafía de Warhol.